Ensayo libertad de prensa

UNA PRENSA LIBRE PUEDE SER BUENA O MALA, PERO SIN LIBERTAD, LA PRENSA NUNCA SERÁ OTRA COSA QUE MALA>>ANOTÓ ALGUNA VEZ ALBERT CAMUS.


La libertad de expresión, en todas sus formas y manifestaciones, es un derecho fundamental e inalienable, inherente a todas las personas y las bases de los derechos y libertades democráticas. Indispensable para la formación de la opinión pública. Es, además, un requisito indispensable para la existencia misma de una sociedad democrática. Comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección
Es por esto que “se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Éstos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura”.

“La libertad de expresión es un derecho constitucional que cumple las siguientes funciones en una sociedad democrática: permite buscar la verdad y desarrollar el conocimiento. Hace posible el principio de autogobierno, en el sentido de que los ciudadanos pueden elegir a sus representantes o participando directamente en la toma de decisiones de diverso orden que los afectan o interesan, ya que supone la posibilidad de contar con información suficiente y pluralidad de opiniones. Promueve la autonomía personal. Previene abusos de poder. Y promueve la confrontación pacífica de las decisiones estatales o sociales que no se compartan”.
De acuerdo con la Corte Interamericana, el principio de la libertad de expresión requiere <>; y <>.

Hay una estrecha relación entre democracia y libertad de expresión ya que la libertad de expresión es un elemento fundamental sobre la cual se basa la existencia de una sociedad democrática.

El editorial es un género de opinión y es quizás el más relevante, por el efecto de su contenido y, sobre todo, por aquello que representa. El editorial se constituye en el vocero legitimo de un medio impreso, aunque en los medios electrónicos se destinan espacios para que las posturas formales de un hecho salgan a relucir en las palabras de los directores del mismo medio o de los conductores de programas, obviamente con un lenguaje oral. Esas posiciones han de ser claras, precisas (como el recurso lingüístico para presentarlas); debe identificarse allí el respaldo o rechazo ante un acontecimiento.

El derecho a la libertad de expresión, y por ende de opinión, se establece con respaldo de la ley prácticamente en todos los países donde los principios y los derechos humanos rigen, se defienden y se promulgan.

Cual es el deber ser de un editorialista, en conformidad con el principio de sobreponer el bien común, en el editorial se pretende abogar, defender los intereses de la mayoría. Se da por sentado que quien defiende un punto de vista en un medio posee más elementos de juicio, conoce las demandas de sus receptores(es definitivo conocer plenamente sus características) y debe tomar la representación para que los intereses populares sean satisfechos, respondiendo siempre a edificar una sociedad que se incline por la defensa de la persona. Esta voz colectiva es la garganta potente que retumba en los oídos de quienes han de satisfacer los gritos ahogados de la comunidad, y los editorialistas suministran su voz y hablan por otros.
Tácticamente se exige a los medios masivos de comunicación presentar en el editorial la reprobación o respaldo ante un suceso determinado. No se admite la neutralidad.